jueves, 21 de mayo de 2009

LA NOSTALGIA



De repente ayer, empecé a sentir una extraña melancolía, y ella arrastró hordas de pensamientos, entre ellos me acordé de la Generación del 98...

Pensé en Machado, enseguida corrí a la estantería a buscar el libro que recopila todas sus poesías, y me perdí entre sus páginas tratando de encontrar alguna señal por la que me había venido tal poeta a mi mente.

Allí, un verso que decía:
" Y no es verdad, dolor, yo te conozco,
tú eres nostalgia de vida buena
y soledad de corazón sombrío,
de barco sin naufragio y sin estrella"

Y me encantó la forma que tiene de describir ese dolor; ese dolor que sólo la angustia puede provocar en el pecho. Me gustó mucho la imagen del barco que no puede naufragar, pero tampoco puede navegar porque no tiene estrella que seguir, porque no sabe a dónde va.

Yo he sido ese barco, de hecho a veces soy todavía ese barco. Cuando no naufrago, porque no enfermo ni muero, pero tampoco navego con rumbo, porque no hay sentido que guie mi caminar. En estos momentos sólo existo.

Son momentos para meditabundear, momentos para estar en ese silencio del que hablaba ayer. Un silencio no conclusivo, un silencio del proceso, un silencio que sólo en alta mar se puede escuchar!

Es entonces cuando la nostalgia de vida buena toca a las puertas, porque la memoria y la imaginación se convierten en un gran espejo que no refleja lo que hoy soy, sino aquello que fui, o aquello que debería ser. De no ser así, ese sentimiento no tendría cuerpo para tocar a mis puertas.

Tengo que abrir, aunque lo hago con la cabeza baja. No puedo dejarla fuera, tampoco puedo dejarla entrar y encerrarla en un saco. Decido pues invitarla a tomar café.

"Adelante querida (o no tan querida) compañera" - le digo desde el esfuerzo integrador-

"¿De veras no molesto?, no quisiera llegar en mal momento, pero hoy he visto luz encendida en casa y he decidido pasarme, hacia tanto que te esperaba" - me dice con ternura vestida de negro-

"Hace días que he encendido la luz, y en principio no la voy a volver apagar. Así que sabes que siempre serás bienvenida. Dime pues cómo te puedo ayudar"

"Sólo con dejarme quedar aqui, cerca tuyo ya me siento mucho mejor. Pensaba que no querías saber de mi. Gracias por el café y las galletitas"

Se sentó, y estuvimos mirándonos a los ojos por un buen rato. Unos ojos negros, grandes y muy penetrantes tenía la Nostalgia.

A medida que se acababa su taza de café, parecía que se esfumaba. Y en cuanto volví de la cocina con un platito de fresas ella ya no estaba. La puerta ni se había abierto, ni cerrado. Se fué, aunque no sé si para no volver.....



1 comentario:

  1. Me encanta tu blog... las fotos que eliges para ilustrar tus posts... hay mil cosas que me llaman la antención de este último post...pero quizàs la que más me resulta es que hace mucho que no siento nostalgia... bendita tu por poderla sentir y dejar que te guíe, te enseñe y sobre todo que te inspire.

    Quizás tener nostalgia, sentirse nostalgico es ser conciente de que eres un barco sin estrella que seguir... quizás el primer paso para poderla encontrar y así poder empezar a navegar...

    Pienso: ¿Tal vez yo no tengo estrella que serguir? pero al mismo tiempo me respondo... he estado mucho, pero mucho, tiempo nostalgico y creo que eso me ayudo mucho, mucho, mucho...

    ASÍ QUE PROPONGO UN BRINDIS POR LA NOSTALGIA Y POR MACHADO... pasate por mi bar... allí servimos bebidas de todo tipo quizás un dia tambien de nostalgia... http://uncafecondios.blogspot.com

    Por cierto voy a poner tu blog en mis links de bares amigos...si te parece podriamos intercanbiar links...

    te sigo :)

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